miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuba: Pasado y futuro

Riflexiones
“Toda verdad necesita ser conversada, humanizada, porque lo que no es conversado no está al nivel del hombre”. Lezama Lima
Para afrontar el futuro de la sociedad cubana quizás sea necesaria una revisión de nuestra historia, porque si partimos de verdades a medias para construir nuestro futuro, puede que regresemos de nuevo al pasado.
Siempre que iniciamos un análisis de los logros de la Revolución Cubana surge el exaltado que como bala de cañón esgrime como verdaderos conquistas la eliminación del analfabetismo y los altos logros en educación, en la salud pública y el deporte, pasando por alto que tales resultados estuvieron financiados fuertemente por la Unión Soviética y no por el excedente económico de la producción cubana.
Al desaparecer el campo socialista se hizo evidente cuanto dependían de ellos mantener esas victorias, afectándose en el funesto periodo especial todos esos frentes victoriosos cubanos. Aún más, recientemente se anunciaron más cortes del financiamiento en esas esferas.
Ahora, tras cinco décadas de lucha revolucionaria por la conquista del socialismo descubrimos una mañana de julio que los frijoles son un asunto de seguridad nacional y ello se convierte en la primera consigna política del Partido y el Estado. ¿Antes por qué no lo era?
Resulta ser que nuestro país importa el 80 por ciento de los alimentos que consume, mientras la mitad de las tierras en manos del estado estaban sin cultivar.
Esto se afirma sin cortapisas por la nueva dirigencia cubana, se refleja incluso en los medios de prensa, bastante ortodoxos desde siempre, pero por ninguna parte veo el análisis concienzudo del porqué sucedió tal anomalía, o de quién es la responsabilidad de tamaño fiasco.
Sin saberse quien o quienes son los responsables de esa aberración, el Estado y el Partido insisten una vez más en que el pueblo confié, pero ¿que confíe en quien, en qué?, ¿en los mismos dirigentes que nos han traído a este callejón sin salida?,¿en los mismos mecanismos de dirección que no permitieron nunca realizar una economía autosustentable? ¿Acaso por las venas de nuestra burocracia corre sangre azul, que no puede verterse no importan sus errores garrafales?
¿Quién y cómo me asegura que en alguna medida no se van a cometer otros errores similares en el futuro? ¿Quien garantiza que, y a pesar de ser expuesto por los trabajadores cuando se nos convocó a expresarnos, existirán mecanismos de control en manos del pueblo para poder exigirles cuentas a esos que se equivocan y no les pasa nada pues están por encima de la ley o son sustituidos y caen para “arriba”?
Yo no he perdido las esperanzas de construir el socialismo, pero por ese que socializa y no por el que estatiza los medios de producción; por el que socializa estaría dispuesto a sacrificarme una vez más por alcanzar los ideales que nos trazamos el Primero de Enero de 1959.
Nuestro pueblo conoce que el estado cubano desarrolló y logró en el pasado grandiosos proyectos sociales y económicos, con la ayuda soviética, para el disfrute de la población, pero no podemos olvidar que sin ese auxilio tales avances no hubieran podido hacerse realidad.
Ahora debemos lograrlo con nuestros propios esfuerzos y conquistar un socialismo en condiciones adversas para nuestra población, pues no contamos con esa ayuda solidaria de años atrás. Se impone como una necesidad vital esforzarnos para salir de esta precariedad económica que padecemos desde que se inauguró el periodo especial.
Pero las luces de bengala anuncian que lo que se propone nuestro Partido y Estado es reformar nuevamente lo que poseemos. Ya en la década del 80 se lanzó una campaña de rectificación de errores y tendencias negativas que no trajo ningún resultado positivo para nuestra economía. No acaban de comprender que el sistema estatista no funciona, ni aunque lo reformen diez veces más, ni aunque aceiten sus engranajes, incluso, ni aumentando la producción y la productividad por la sencilla razón de que los excedentes seguirían estando bajo control del estado y no de los trabajadores.
El sistema socialista estatizado conlleva el derroche, la desorganización, el no aprovechamiento de las capacidades intelectuales, técnicas y productivas. Ya eso quedó probado en el ex campo socialista. ¿Es que alguien cree que somos diferentes? ¿Es una formula para ganar o perder el tiempo? Como cuestionó un analista en estos medios: ¿es el viejo sistema bajo nuevos antifaces?
¿Es que lo que está sucediendo en nuestro país en estos momentos es solo un acomodamiento de una nueva elite burocrática que intenta con métodos populistas asentar una sociedad alternativa al socialismo, aunque diga conscientemente que no traicionara esa aspiración de la sociedad cubana?
¿Estaremos nosotros, como explican algunos analistas en el exterior, entregando el poder a un nuevo grupo tecnocrático que aspira a aterrizar suavemente en el capitalismo manteniendo sus controles políticos?
¿Quién me asegura que no es así?, ¿los mismos que han fracasado en lograr que la economía de nuestro país sea eficiente?
El Presidente cubano anunció nuevamente una ronda de consultas con la población, pero es que esta tiene que ser muy diferente a la anterior, que él mismo convocó hace dos años, y en las que el cubano opinó pero sin saber el criterio del que estaba al lado.
El estado no puede nuevamente asumir la facultad de analizar los planteamientos a espaldas del pueblo para proponer las medidas que entienda necesarias, principalmente basándonos en que mucha de la burocracia que hoy nos representa es la responsable de fracasos anteriores. Los que nos dirigen tiene que entender que el Estado tenemos que ser TODOS, pues es la única manera que tenemos de resistir y evitar que sucumba nuestra formación económico social.
Es la hora del recuento y de la marcha unida, dijo Martí una vez y lo repetimos hoy, pero para ello debemos acabar con el secretismo, hay que aplicar una democracia más amplia y real en el análisis de nuestros problemas. Se nos dice que la economía esta grave, pero nadie da detalles del malestar y de un estimado de 6, pasamos a un 1.7 por ciento de crecimiento este año y a lo peor ni llegamos ahí.
Hay que cambiar las concepciones sobre gobierno y economía, ir hacia el autogobierno de los trabajadores y el pueblo, abandonar los métodos de ordeno y mando verticalistas, para salir del estancamiento en que estamos.
En una ocasión Lezama Lima citó esa idea de Nietzsche relativa a que “el que vuelve a los orígenes encontrara orígenes nuevos”, y el escritor cubano puntualizaba que “ahí está verdaderamente lo germinativo, lo que es creador”.
Lezama Lima decía además que “toda verdad necesita ser conversada, humanizada, porque lo que no es conversado no está al nivel del hombre”. De manera que lo que no es compartido y consultado, no necesariamente es consensuado.
Volvamos a nuestros orígenes ideológicos y políticos, volvamos a Martí, a los ideales de la generación del centenario, conversemos unidos sobre el futuro y hallemos la vía para lograr ese socialismo que siempre estuvo ausente de nuestra realidad.
14 de Septiembre del 2009.
francotiradordelcauto@yahoo.es
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“”: el “especialista” de América Latina.

Riflexiones
El pasado jueves el columnista del Nuevo y el Miami Herald, Andrés Oppenheimer, ofreció en un hotel de Lima una conferencia sobre Perú y América Latina en los próximos cinco años.
La diatriba, por supuesto no obvió los gastos militares del continente, y como ya es normal en este “especialista” toda la culpa de la carrera armamentista en la región son deslices de los gobiernos de izquierda latinoamericanos.
Repasando las argumentaciones de este analista de derecha vino a mi mente aquel cuento de Álvarez Guedes, en el que a un negro lo entierran hasta el cuello en la arena del circo romano y le sueltan un león hambriento.
El león intenta atacar con sus garras y el negro le tira una dentellada. Es entonces que surge un clamor airado de las gargantas de los espectadores:
-¡Negro, juega limpio!
Así es como quiere las cosas nuestro buen Andresito, para quien el multimillonario presupuesto de defensa norteamericano, la radicación de la IV Flota en el Caribe para dar cobertura a América del Sur, América Central y el Caribe y el intento de poner siete bases militares en Colombia no justifican el fortalecimiento del poder militar de los países de la región que se sienten amenazado por tal derroche de poderío militar yanqui.
Cuando analiza Andresito, pasa por alto que Estados Unidos, ese coloso que vive en nuestro hemisferio tiene los mayores gastos de defensa de mundo, y que Colombia, su actual aliado en la región posee un presupuesto astronómico aplicado a su esfera militar.
Si alguien le susurró al oído que en América Latina “es mucho más fácil comprar armas que hacer un proyecto de integración ferroviaria que toma cinco años'', está obviando que Estados Unidos dedica a luchar contra gobiernos soberanos la plata suficiente como para hacer la integración ferroviaria de toda América Latina.
Desde que el mundo es mundo, aquellos pueblos que no se ocupan de su defensa son asimilados por los más poderosos.
Creo que sería más eficiente para la paz mundial que demos conferencias para lograr que el gasto militar de los países desarrollados se reduzca en un 30 por ciento y ese dinero sea dedicado al desarrollo y a la paz. Cuando eso suceda, los gobiernos progresistas podrán dedicar sus recursos a fines pacíficos y no a prepararse contra la ferocidad imperialista.
Decían los nazis que una mentira repetida ad infinitum logra convertirse en una verdad, por supuesto, en una verdad imperialista. Oppenheimer miente cuando afirma que “los países que más reducen la pobreza son los menos chavistas’’.
En toda la historia de Venezuela no ha habido gobierno que haya hecho más por su pueblo que Chávez y su Revolución Bolivariana, y lo único que tiene de faraónico la Revolución Bolivariana y sus lideres son los ideales de justicia que enarbolan. Echa usted de lado todo el programa social de Chávez y la Revolución Bolivariana para solo referirse a la necesidad que tiene ese pueblo de armarse para su defensa.
Es usted un espectador más de ese circo romano que vocifera a Venezuela que juegue limpio cuando Estados Unidos intenta enterrarla bajo la arena y cercarla con bases militares.
Andresito, estoy seguro que el pueblo de Venezuela te gritará que juegues limpio.
Luego, algo y propio de tu mente conservadora, afirmas con desparpajo que “los que más gritan y se ponen boina roja son los que menos avanzan”, y vuelves a equivocarte.
Si lees detenidamente la historia de nuestra humanidad en lo que fue el pasado siglo y en lo que va de este, son precisamente los pueblos que emprenden el camino de la independencia y la soberanía los que ponen a gritar a los yanquis, y no creo que sea una deshonra para los oprimidos la predilección del color rojo, que por primera vez enarbolaron los obreros rusos cuando hicieron su revolución en 1917.
Luego comienzas a calumniar a tu propio país cuando afirmas que “Argentina, situado en el puesto 82 de la lista con menor ingreso per cápita, se jodió con [Juan Domingo] Perón''.
Tienes como especialista una laguna inmensa en tu memoria histórica, olvidas apellidos como Jorge Videla, Emilio Masera, Domingo Cavallo, que fueron quienes realmente vendieron el país a las multinacionales norteamericanas aplicando las políticas neoliberales.
Mal especialista quien diserta obviando la realidad de su continente, de pueblos que sufrieron a partir del golpe de estado chileno en 1973 el embate de la política económica de la escuela de Chicago.
La carrera armamentista, distinguido especialista, está claro que no es un negocio para los pueblos que luchan por su soberanía e independencia, sino para países como Estados Unidos que vende el 87 por ciento del armamento mundial.
Y que casualidad, el análisis de Oppenheimer coincide con declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, quien manifestó su preocupación por las intenciones venezolanas de incrementar su poderío militar
Para Ian Kelly tales intenciones suponen un serio desafío a la estabilidad de América Latina.
Y me pregunto entonces: ¿Qué tipo de desafíos imponen a nuestros pueblos el despliegue militar norteamericano en el Caribe, las futuras bases militares en Colombia, el bloqueo contra Cuba y los planes de desestabilización contra los pueblos progresistas del continente?
Puedes responder a eso Andresito.
16 septiembre del 2009
francotiradordelcauto@yahoo.es
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martes, 8 de septiembre de 2009

Haroldo Dilla y el síndrome de los barbudos en el poder.

Riflexiones

Después de leer el artículo de Dilla titulado “los socialistas cubanos y el síndrome de la mujer barbuda” me pregunto que objetivos persigue el articulista zumbando dentro de una batidora política tantos elementos disímiles, falsos, algunas verdades y un montón de medias verdades.
Y no porque esté de acuerdo con esas hipótesis del fatalismo geográfico de nuestra ponderada isla de Cuba, sino porque querámoslo o no, cualquier análisis sobre el espectro sociopolítico cubano tiene, de a porque sí, tener en cuenta toda la barbarie imperialista aplicada contra nuestra sociedad a partir del 1 de enero de 1959.
Es muy fácil venirse a parar ahora en una esquina del espectro político cubano y comenzar a denostar contra nuestros dirigentes, nuestro proceso, contra nuestras deficiencias, nuestras dificultades y nuestras equivocaciones.
Después de hacer eso, como en un matrimonio cualquiera, lo único que cabe es el divorcio, salvo que la condenada o criticada esposa ya no le quede nada de ética, ni de moral y acepte a un esposo tan enjundioso en la critica, quien no reconoce valores positivos de ningún tipo en el maridaje político entre la sociedad cubana y su revolución durante cinco décadas.
Cada ser humano tiene su actitud para enfrentar la vida, pero lo más humano en el caso de nuestra sociedad es aprender de los errores, no basarnos en ellos para desacreditar a nuestra dirigencia. Porque me pregunto, ¿hemos analizados los errores nuestros como personas? Partimos de lo individual para analizar lo general o queremos fusilar a las generalidades para salvaguardar y ocultar nuestros errores individuales.
Y afirmo tal cosa, porque tengo la firme creencia, respaldada en la experiencia de lo sucedido en el campo socialista, que sin fortalecer a nuestro partido comunista, y sin unir todas las conciencias socialistas y honestas dentro de ese partido, no habrá futuro luminoso para nuestra patria.
Y agrego un poquito más, hoy por hoy, atacar a la dirigencia histórica de nuestra Revolución es poner un pie en el campo del enemigo, porque a pesar de los errores, de los fracasos, de las malas políticas, es incuestionable que esa dirigencia histórica, con el pleno respaldo del pueblo cubano, ha logrado mantener la soberanía e independencia de nuestro país frente al imperio más poderoso que ha existido sobre la faz del planeta.
No se si por creer de tal manera pueda ser atacado de simplón o de perfecto idiota, aunque no me queda duda alguna que pecaríamos de tales si comenzamos ha desinstalar toda la unidad de acción lograda por nuestra sociedad en los últimos cincuenta años. Fue precisamente ese desmantelamiento de la unidad y su vanguardia lo que defenestro a la Unión Soviética y el resto del ex campo socialista.
Dilla anda preocupado porque cree qué “no ha madurado una izquierda intelectual crítica” en nuestro país, obviando que hoy por hoy, somos el único país cuyos comunistas tienen el poder e intentan lograr un socialismo real y están insertos en esa lucha con los instrumentos que les da la experiencia de cinco décadas. Si la izquierda intelectual crítica cubana no ha madurado, debe entonces haberse podrido en el exterior.
Y Dilla peca como intelectual por su lenguaje parnasiano en lo que concierne a aislarse de la realidad de su país.
Luego a boca de jarro enfatiza el escritor, porque así lo entiende, que el debate crítico sobre la isla y su futuro tienen lugar en la parcela liberal y, por razones obvias, “fuera de la isla”, se refiere además a la existencia de una oposición oculta”.
No cuestionamos que en la emigración cubana existan intelectuales cuyos análisis y valoraciones tienen sus aciertos y sus aristas positivas, y que se analicen muchas verdades que la intelectualidad cubana en el país no hace, por las mismas condiciones internas de plaza sitiada que aún prevalecen, pero de ahí a negar que en nuestra sociedad exista en estos momentos un debate crítico es estar rayano en la locura. Eso si, aquí no hay oposiciones ocultas, aquí hay cubanos que expresan sus ideas con el riesgo que implica en toda sociedad politizada tener una opinión contraria.
La critica socialista interna no está fragmentada, aquí nadie se auto flagela, y si usted no aprecia una plataforma mínima en las ideas del grupo de Campos y otras expresiones de nuestra intelectualidad le aconsejo de inmediato una visita al optometrista. Está usted completamente ciego.
Nosotros si tenemos los ojos abiertos, recuerde que estamos acostumbrados a la vigilia con un vecino tan poderoso y además tenemos el valor para contemplar con los ojos abiertos y espíritu critico nuestros fiascos, eso si, muy orgullosos de nuestros logros.
En nada nos parecemos a Bebé, la mujer barbuda que le regalo a usted Lichi Diego, además ya nosotros tenemos desde antes a nuestra Bebé y al Señor Don Pomposo.
Afirma usted que hay una historia por hacer sobre los diferentes proyectos de izquierda, pero eso a nosotros no nos encaja, porque al contrario, nosotros tenemos un proyecto de izquierda que data de 1959, el cual debemos perfeccionar y aún más, ese proyecto revolucionario tiene sus antecedentes de las ideas surgidas en el siglo XIX y del cual nuestro Apóstol fue nuestro máximo exponente. Son cuestiones que usted no incluyo en esa batidora política a que me referí al principio.
Luego usted, creo que maliciosamente, habla de que la revolución devoró golosamente a sus hijos. Si va usted a autodenominarse un intelectual serio sabe que no puede hacer alusiones opacando realidades. Cuando hable de la Revolución Cubana tiene que constantemente tener presente la historia de agresiones en las que nuestro país tuvo que vivir, aún en nuestros días, entonces con esa espada de Damocles sobre su cabeza analice las decisiones tomadas, y no le cargue la mano solamente a nuestra dirigencia histórica.
Y si peca usted de intelectual sabe que la historia la hace quien tiene el poder en sus manos, y la historia al final dará o no la razón a tales decisiones, y si hablamos de historia, entonces tiene usted que reconocer que a pesar de las malas políticas, decisiones y equivocaciones, aún la mayoría del pueblo cubano lucha por el socialismo y aplaude a sus líderes y creen en ellos. Esa es una verdad innegable, está recogida en la historia de nuestro país. Y que yo recuerde, y tengo buena memoria, aquí ningún intelectual fue fusilado por decir lo que pensaba.
Un poco más, olvida usted lo interesado que estuvo siempre Washington en cualquier criterio alternativo a las ideas de nuestro partido, olvida usted los millones de dólares que ha dedicado Estados Unidos para cortejar a la intelectualidad de los países socialistas, y que aún dedica contra nuestro país para abortar nuestra Revolución.
Hijo, esto siempre ha sido de mono amarrado contra león hambriento. No lo olvides cuando atacas y calificas a los intelectuales y a los revolucionarios de nuestro país.
En términos de lucha política siempre cada bando cae en el error de creer que tiene la razón y la verdad en sus manos. Nosotros de lo que estamos seguros es que tratamos de construir una nueva verdad.
En su intento fallido de retratar el espectro político cubano hablas de una oposición organizada que hace votos socialdemócratas, pero esa corriente ha quedado políticamente desprestigiada desde comienzos del Siglo XX, y nunca dio a pueblo alguno las conquistas que la Revolución Cubana si consiguió para el suyo.
Para refrescarte la mente busca información sobre los millones de dólares que organizaciones como National Endowment for Democracy ha dado a esos grupos en los últimos años, y dime si tú crees que el pueblo cubano les puede dar entonces a esas agrupaciones un voto de confianza.
Creo que tratas de manipular nuestra realidad. Cómo alguien puede aseverar en pleno siglo XXI que en la sociedad cubana se ha generado un costoso empobrecimiento, solo comparable a la situación post bélica de 1898.
Compadre, apretaste. Así que consideras que la ideología y la conciencia actual de nuestro pueblo son similares a la de la sociedad cubana de 1898. Eso, muchachón, que lo crea quien no es cubano.
Aseveras que debió haberse permitido en Cuba una disidencia que según usted
no se ubicaba en la acera de enfrente, sino en la propia. Eso se puede afirmar cuando no se tienen responsabilidades ante la sociedad, pero cuando existe esa responsabilidad y es archiconocido las sumas millonarias dedicadas por Washington hacia esa disidencia es de tonto afirmar lo que usted insinúa.
Usted, no me queda duda, quiere dar sepultura a una Revolución que aún sigue viva, quizás usted intente asesinarla como ha tratado de hacerlo Estados Unidos en estas cinco décadas. Déjeme decirle que su interés es infructuoso.
Quizás pueda aceptarle nuestros déficits económicos, sociales, culturales y políticos, pero en la perspectiva de que pudieron ser mucho mejores de no haber tenido nuestra sociedad que vivir una vida azarosa, amenazada, y en la que nuestra inserción en el bloque soviético fue una alternativa necesaria. En aquella fecha era el único bloque enfrentado a nuestro enemigo. Los marcianos o venusianos todavía no constituían un poder responsable en el planeta.
Ya en nuestra época, con la desaparición del campo socialista, los comunistas cubanos intentamos otra misión colosal, construir el socialismo verdadero nosotros solitos, para lo que debemos luchar contra el monopolio estatal y sustituirlo por la socialización de los medios de producción: socialismo puro. Intentamos lograr una sociedad más abierta, más democrática, más participativa, desarrollando aún más nuestras conquistas políticas y sociales, porque seguimos creyendo en el futuro luminoso.
En esa batalla confiamos en la dirigencia histórica, tratamos de imbuirlos de nuestras ideas y no podemos considerar un obstáculo a quienes nos han guiado por el sendero de la independencia y la soberanía. Los cubanos seremos muchas cosas, pero nunca malagradecidos.
No se porqué califica usted de fatal el vínculo entre moral y política, porque sin moral y ética hubiera sido imposible sobrevivir en nuestro país.
Y coincido plenamente cuando usted afirma que en Cuba criticar el liderazgo histórico y, en particular, a Fidel Castro- es criticar a la propia comunidad, ubicarse fuera de ella y, eventualmente, contra ella.
Es por ello que no puede concebirse en Cuba el socialismo sin la participación de esa dirigencia histórica, es por ello, que valorando la capacidad la inteligencia y oportunidad de esa vanguardia es que los comunistas cubanos queremos incentivar la construcción del socialismo.
Lo que usted califica de estigma es para nosotros una realidad insoslayable, porque ¿quién tiene el valor y prestigio fidedigno en Cuba para construir una sociedad socialista sin la participación de su liderazgo histórico? ¿Usted? ¿Yo? ¿Los socialdemócratas? ¿Los grupos de derechos humanos?
Usted peca de superficial cuando dice que la única alternativa en Cuba es apoyar al gobierno o a la oficina de interés de los yanquis en Cuba. Ya desde el Siglo XIX la variante del imperio quedó fuera de la elección de cualquier cubano decente. No es ningún suicidio político optar por el socialismo en Cuba, creo que el único que trata de dormir con el enemigo en el lecho de Procusto es usted, y le aconsejo vaya acompañado de Teseo.
Nos acusa usted de nihilistas políticos por patrocinar junto a Pedro Campos una plataforma socialista de nuevo tipo, al respecto le recuerdo que esas ideas existían desde mucho antes del discurso del Comandante en Jefe en la Universidad en el 2005.
Nos acusa usted de no ser una organización formal le respondo que está equivocado, somos una organización formal conocida como Partido Comunista de Cuba, y como herederos de las ideas marxistas batallamos por impregnar a nuestra sociedad de esas ideas novedosas en la aplicación, aunque veteranas en existencia como el mismo Marx.
Discrepamos con usted porque estamos convencidos que nuestras ideas se ajustan a la realidad política y económica de nuestro país y no constituyen ninguna especie de ejercicios malabáricos, y estamos seguros que si solucionarán los problemas más urgentes y trascendentales de nuestra sociedad.
No nos remita a las experiencias yugoeslavas o soviéticas, las conocemos, no somos neófitos en eso de hacer revoluciones, de construir soberanías e independencias. No somos tarados intelectuales, no estamos fuera de nuestra patria y tenemos de primera mano esa raíz de la cubanía, de nuestros problemas y de nuestras aspiraciones.
Ya en los finales se desdobla usted de una forma despampanante cuando afirma que debemos construir nuestra nueva identidad, mostrando un escepticismo sin par al señalar que “no cree que, en términos prácticos, la propuesta socialista pueda abrirse paso en la Cuba de mañana con un futuro luminoso como única oferta, sin abordar de manera explícita algunas comodidades del presente.”
Aconseja usted cuestionar la Revolución como fenómeno histórico en búsqueda de retractación. Dilla, lo aconsejable es reconocer los errores para no repetirlos, en la historia pasar la cuenta es negativo y fútil.
Partimos de la crítica a los errores cometidos por la sociedad en la construcción del socialismo, pero no en esa crítica total del fenómeno histórico que usted solicita. Es inútil negar un hecho que existió en el tiempo y el espacio. Aprender de esos errores y no repetirlos es la actitud del sabio.
No olvides que esa pobreza repartida que quieres someter a enjuiciamiento ya quisieran haberla tenido millones de seres en el mundo subdesarrollado.
Igual discrepo de la idea que el socialismo tendrá que lidiar con el engorroso tema de definir de manera transparente y democrática qué cuotas de soberanía pueden ser cedidas, y cuáles deben ser conservadas para el buen gobierno de la comunidad nacional. La soberanía, Dilla, no es negociable.
Yo si creo, Dilla, que nuestro drama no es el de Bebé la mujer barbuda, sino el de haber sido un país pequeño, amenazado y sin muchas posibilidades de elegir. Nuestro drama pudo estar determinado por las escasas alternativas a mano para mantener la independencia y la soberanía del país a noventa millas del imperio.
Si sacamos cuenta, Dilla, estamos en las mejores condiciones para continuar la construcción del socialismo, porque variando el refrán, más vale dirigentes que cometen errores pero probados en la lucha, que supuestos buenos dirigentes por conocer.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Vuelve el descapotable con sus antilógicas ¿paroxistas?

Riflexiones
Hace unas semanas un lector me envió un artículo publicado en “Cuba Socialista” por el auxiliar de investigador, Orlando Cruz Capote, titulado “La (anti) lógica del paroxismo anti-latinoamericano y cubano hipercrítico, abierto y encubierto”, donde este espécimen de la burocracia intenta, como buen musteriense, ridiculizarme.
De entrada, para entender el título hay que ser Mandrake el Mago, y para tratar de responder a lo que sí considero una antilógica periodística e investigativa, artículo de marras, había que dedicarle algo de tiempo, llegué a la conclusión de que perro que ladra no muerde y deje pasar la diatriba de resaca del tan enconado y deslenguado escritor.
Para qué emborronar cuartillas, pensé, si hace unos meses cuando el susodicho investigador se ensañaba contra todos los que opinaban por el socialismo en Cuba le dedique aquel trabajo en Kaos Cuba que titulé “El descapote de Capote”, que ni siquiera respondió.
Ahora meses después lanza su ataque en Cuba Socialista, y además comienza en Kaos su ofensiva contra Narciso Isa Conde, por un análisis donde este hermano dominicano da su opinión sobre la situación socioeconómica y política de nuestro país. Y vuelvo a hacer la misma pregunta hecha en el artículo Cuba y los musterienses ¿Cómo osa un espécimen de la última Era del Hielo patalear histéricamente contra hombres que quieren un futuro mejor para nuestra Revolución y nuestra patria?
Este musteriense, desde que se asomó al ruedo, lo hizo en plan de ataque, con intenciones de descalificar a los que opinan diferente, nunca su intención fue dialogar, ni debatir, solo desautorizar.
Para que el lector comprenda, veamos algunos de sus improperios contra aquellos que opinamos diferente: -“guatacas” y “chicharrones”; “dispuestos a aplaudir lo que no comprenden pero bien entienden, porque piensan en hacerse permanentemente seguidores incondicionales de los jefes, también de los “amigos” y de otros individuos con el objetivo de ganarse su confianza y favores”; “son hasta capaces de traicionarlos ya que en el fondo de su modo de vida e intelectualmente son unos mediocres opináticos y unos oportunistas”; “criticones a ultranza, abiertos y encubiertos, son esos que sin decir su nombre, o haciéndolo, se atreven a someterlo todo a una crítica despiadada y destructiva, con el fin de hacerse pasar como las personas-mentes y las lenguas más irreverentes y subversivas”;“lo peligroso de estos individuos amparados en seudónimos, es que se dan el lujo de pasar por revolucionarios a ultranza, de ser poseedores de toda la verdad e incluso, haciéndose los castos y modestos, de una parte de esa interpretación de la realidad que intentan vendérnosla como auténtica”.
Sigue en sus ditirambos, “El Francotirador del Cauto con sus aires doctorales”; ¿Por qué viene esa aclaración de Obama y de su traductor el “francotirador”? ; “El “francotirador” de marras, comienza a atacar al presidente nicaragüense Daniel Ortega, sin compasión y dice que este debió decir en la Cumbre, en medio de la reunión, todo aquello que el sandinista expuso en la televisión cubana”; “De verdad es que ese francotirador -posición envidiable, pero no muy segura si lo descubren- tiene un sentido del humor muy extraño y anti-latinoamericano, anti-nicaragüense y anticubano; “¿Quién le paga para que denigre a Ortega? ¿Por qué se publica en un medio digital alternativo, que se dice de izquierda, esas sandeces? ¿A quien se pretende engañar? ¿Por qué hay que creerle al “Francotirador del Cauto” y no al presidente Daniel Ortega?”; “¿Quién es el adulón, el guataca y el chicharrón que se ha pasado más de dos años en una esquina de la página cubana de Kaosenlared haciendo malabares a favor del imperio y ahora ataca, decididamente, con un (ir)-realismo de espanto, a Daniel Ortega y su fidelidad hacia la Revolución Cubana, y de paso ataca a Cuba revolucionaria?”
Yo me pregunto si en un frente a frente personal este pamplinoso investigador es capaz de atacar tan groseramente. Se que habla así porque anda medio despistado, pues no vivo en Europa como el dice, sino en Cuba, más puntualmente, aquí en La Habana y muy cerca de su instituto.
Este tipejo es un cobarde cuando afirma que yo tengo una “posición envidiable, pero no muy segura si lo descubren”. Acaso piensa este aprendiz de intelectual y de hombre que me escondo tras un seudo por miedo, no pensó acaso que lo que no quiero es protagonismo alguno.
Ya Isa Conde le restregó por el rostro sus antecedentes revolucionarios, yo también pudiera hacer lo mismo, pero lo único que te diré es que la cobardía no está en ninguna de las acciones de nuestras vidas. Te reitero más, estamos contra toda “meritocracia”, pues es una posición que niega a la juventud sus derechos a decidir y gobernar en nuestra patria.
¿Acaso crees que es necesario que el Francotirador debe ser detenido e ir a pagar por sus opiniones a una oscura celda en una prisión? Déjeme decirle que eso poco me importa, porque lo único que he hecho es ejercer mi derecho a pensar y a decir lo que creo. Ansiar tal cosa ya te ubica en un sector muy oscuro de nuestra sociedad.
Es infame acusar a alguien que exprese sus ideas de ser pagados por el enemigo. Aquí el único que recibe un salario del estado cubano por investigar y escribir es usted. Aseguro que no es usted de esos que habló Martí que poseen el decoro de muchos. Esta usted sin decoro, amigo, si quiere podemos prestarle alguno.
No somos mercenarios de la pluma, sino defensores de ideas. Las loas se las dejamos a otros, nuestra intención es analizar y proponer lo que creemos es positivo para nuestra patria, criticar lo que consideramos hace daño a la Revolución.
Le aconsejo ponga su mirilla en algo más fructífero para nuestra patria y deje de hacerle caso al que se lo ordena. Es más, dígale a su amo que busque una pluma mejor, a usted le faltan neuronas. ¿Tuvo algún accidente en su vida? ¿Le trepanaron el cráneo?
Si quieres podemos darte un círculo de estudio para retrasados y explicarte que la Perestroika en sí no era contrarrevolucionaria, lo que sucedió es que no había Partido que canalizara esas ideas nuevas para transformar la sociedad soviética, para que evolucionara el socialismo estatizado, estaliniano y burocratizado soviético. No le carguemos el San Benito del descalabro del socialismo a la perestroika. Las causas del descalabro preceden a la perestroika, no son consecuencia de ella. ¿Es usted aspirante a investigador, Doctor?
¿Por qué usted afirma que nosotros hablamos contra Cuba cuando siempre lo que hemos es censurado a la burocracia? ¿Es para usted Cuba y burocracia la misma cosa? El error es suyo, no nuestro.
Por otra parte, ¿Quién te da tantos datos sobre la vida de Isa Conde? ¿Tienes amigos en algún lugar específico donde se guardan ese tipo de informaciones? Oye, sabes más de Isa Conde que el propio Narciso.
Probablemente el compañero Narciso no este de acuerdo con esta defensa, pero le pido permiso para decir. ¡Que miserable eres Capote!, cuando tu ni chupabas biberón, Narciso estaba peleando contra los marines yanquis en las calles de Santo Domingo. Mientras tú escribías sandeces, Narciso estaba con la FARC en sus campamentos en territorio colombiano. Además de irrespetuoso te podríamos decir otros calificativos, porque Narciso es un viejo luchador latinoamericano. Tu chovinismo nacional es de tal envergadura que hasta los revolucionarios románticos del Siglo XIX se avergonzarían de ello.
Así que para que un revolucionario pueda dar una opinión primero tiene que hacer una revolución en su país, ponerse frente a ella o participar como soldado, pues déjeme decirle que ha dejado usted a toda la izquierda mundial sin oportunidad alguna de opinar.
Por demás, de acuerdo a su sugerencia, nosotros quedamos incluidos como soldados y debes respetar nuestros criterios.
Por último, te insto a que hagas un análisis sobre nuestra situación socioeconómica y política y propongas tus criterios de cómo salir de esta crisis. Sería entonces más agradable leerte.
¿Dios Mío? Terminando este artículo veo uno del compañero Almaguer desde Isla Verde, Canarias, en defensa del compañero Capote. ¡Pero Almaguer! En medio de esta tremebunda crisis ¿que tú haces en España? No te das cuenta que eso te descalifica de acuerdo a tu amigo Capote. Si vas a regresar de inmediato, acuérdate de recoger la dieta.
10 de agosto del 2009.

martes, 4 de agosto de 2009

El VI Congreso del Partido

Riflexiones.
Ojalá que el próximo Congreso del Partido no sea el último que desarrollen los comunistas cubanos en la historia de nuestra patria, porque tanto hemos alargado ese evento, que cuando lo celebren pocos tendrán la esperanza que tal conclave traiga algo positivo para nuestro país.
Para mí, no se para ustedes, la justificación de que no puede ser un evento más, nada tiene que ver con el tiempo, y considero que un acontecimiento de esa magnitud depende más de la inteligencia y las concepciones del hombre de cómo transformar una sociedad, que del elemento tiempo, artificio que solo trata de establecer un compás de espera en la falsa expectativa de que la remodelación actual del estado pueda fructificar.
Y se preconiza nuevamente la catarsis cuando se establece la necesidad de analizar con la población en su conjunto los temas del congreso y solo realizarlo cuando este “gran proceso” haya terminado. Y me pregunto ¿Qué pasó con las propuestas realizadas por nuestro pueblo hace dos años? ¿Es que vamos de nuevo a iniciar similar consulta con la población cubana?
Lo dicho, dicho está. El pueblo desde entonces confió en que se tomarían medidas y fijaba su esperanza en el Congreso del Partido, que ahora pasa a las calendas griegas.
Que nadie se ponga bravo si en esas próximas reuniones de catarsis se levante un borrachito, como en el cuento de la iglesia, y diga:
- Lo mismito del año pasado.
Creo que se puede dar un Congreso de verdad, buscándole soluciones a los problemas y mirando hacia el futuro, sin tantas dilaciones en el tiempo, por supuesto, entiéndase como pueblo también a todos aquellos que en los últimos años han hecho propuestas que nadie en la dirección del Partido y el Estado ha respondido.
Entiéndase también, que si volvemos a dar esas reuniones de catarsis debemos prever la inversión en unas cuantas toneladas de papel, para que los medios informativos puedan dar a conocer a la población lo que plantean los obreros en las empresas de las distintas provincias, y no como en la ocasión pasada, que solo se informó la cantidad de planteamientos, pero no sus contenidos.
Según la prensa tales opiniones del pueblo iban a ser analizadas por el Partido y el Estado, quien hasta ahora solo ha tenido el silencio como respuesta, aunque al parecer, no fueron suficientes planteamientos y hay que venir por la segunda vuelta.
Causa perplejidad la afirmación de que el VII Pleno del Comité Central acordó posponer la realización del VII Congreso “hasta que se haya vencido esta crucial etapa de preparación previa”. Alguien tiene alguna idea de cuando venceremos esa etapa, sobre todo con los métodos de más estatismo y menos socialismo aplicados en el país.
Entonces, eso ¿para cuando queda?
Otro de los acuerdos del Pleno fue desarrollar el Ejercicio Estratégico Bastión 2009 y cuestiono ¿Cuánto cuesta en combustible, alimentos, y demás recursos la realización de ese ejercicio militar? ¿Es aconsejable ese gasto en momentos en que ni siquiera creceremos un 2 por ciento este año?
La argumentación primaria de la decisión esta basada en la necesidad de incrementar la capacidad defensiva del país. Indiscutiblemente que estamos siendo dirigidos por militares, y no está demás recordar quelas Fuerzas armadas siguen siendo el pueblo uniformado, pero mejor pagado, con relación al resto de la población.
Estudiando la historia de la humanidad reciente podemos comprobar que lo decisivo en el enfrentamiento al enemigo no son los tanques y cañones, sino el espíritu de defensa del pueblo, que con simples fusiles es capaz de aniquilar y hacer pagar caro cualquier agresión del imperialismo.
Ese cuento de que ahí viene el lobo para justificar los gastos de defensa es un argumento ya gastado. Si en 50 años no hemos logrado estar preparados, que pase un año más no importa, o es que los militares cubanos no pueden prescindir de sus jueguitos militares por un año más.
Y creo de tal manera aún sabiendo que Estados Unidos reaviva sus planes de agresión contra América Latina; que el golpe de Estado en Honduras sienta un precedente negativo en el hemisferio; que en Julio del 2008 la marina estadounidense restableció a la Cuarta Flota, que abarca América del Sur y Central, y el Caribe y también en esa fecha, el director de operaciones de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses del Sur, el coronel Jim Russell, defendió que las tropas que se estaban retirando de Iraq fueran re desplegadas en el Comando Sur del Pentágono que comprende América del Sur y Central, y el Caribe.
Pero nada de eso es nuevo para los cubanos. Hace cinco décadas estamos en las mismas, con el coco acechando y nosotros haciéndole el juego al coco. El coco que venga, ya verá como lo recibiremos.
Es más, si queremos aumentar nuestra capacidad defensiva volquemos nuestros esfuerzos, recursos y nuestra inteligencia a construir un socialismo verdadero en nuestra patria, a lograr una economía fuerte, no hay mejor armamento que un pueblo dichoso y entusiasta por su patria.
Si Bush anunció su victoria desde un portavión exclamando “misión cumplida” los cubanos sabemos que es un mentiroso, desde entonces el pueblo iraquí le ha hecho pagar cara su agresión, como se la haremos pagar también si osa poner una bota sobre nuestro suelo.
Los enfrentamientos entre ejércitos no deciden la batalla de estos tiempos, es la lucha decidida de los pueblos quienes derrotan al agresor.
Si realmente quieren potenciar la capacidad defensiva del pueblo cubano establezcan un control más severo en los entrenamientos de las Milicias de Tropas Territoriales y a los reservistas, quienes tras ser movilizados vienen defraudados por la pérdida de tiempo como consecuencia de la falta de calidad de los entrenamientos.
He ahí el potencial defensivo que no debemos subestimar.
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martes, 21 de julio de 2009

El reto cubano

Riflexiones
Pienso que para los intelectuales cubanos analizar y poner en negritas sus consideraciones se convierte en un reto de altura, y lo aprecio en el artículo de Aurelio Alonso, publicado en este medio, que versa sobre como la economía se convierte en el reto del cubano.
Este y el de Narciso Isa Conde, son los mejores artículos que he leído últimamente sobre la economía cubana, pero como análisis al fin hay cosillas que quiero comentar en aras del debate y el entendimiento, que es el objetivo primordial de esta sección.
Aurelio Alonso habla del socialismo en Cuba, cuando en la isla, ni en ninguna otra parte del mundo existió socialismo en el siglo XX ni en lo que va del XXI. Si bien el autor a lo largo del documento descaracteriza ese socialismo estatal por inoperante, es inadecuado afirmar que en Cuba hubo un proceso de socialización.
En 1959 estaba la propiedad más socializada que ahora, porque miles de capitalistas eran dueños de los medios de producción, y de la noche a la mañana esos medios pasaron a manos del estado, como único propietario: eso de que los obreros son dueño de los medios de producción o de que es propiedad del pueblo se muestra cada vez más como una falacia.
Afirma el autor que probablemente la intensidad de la confrontación con Estados Unidos llevó al proyecto cubano a una radicalidad diferente de la que contenía su enunciado inicial y es cierto, fue menos radical el proceso, porque en el programa del Moncada se hablaba de un 30 por ciento de las ganancias para los obreros, lo cual daba a estos un sentido de pertenencia de los medios de producción que no han alcanzado aún hoy en día.
Lo verdaderamente revolucionario del socialismo concebido por los cabezones que lo describieron estriba en la socialización de los medios de producción, lo que equivale a que el productor sea el dueño real de los medios con los que produce, y no que el estado se apropie ilegalmente de los mismos,
El obrero cubano al cabo de 50 años aprecia que la bandera cambio de manos, pasó de la burguesía cubana a un estado que en su desarrollo creo un nuevo estamento, que no es precisamente obrero, sino la burocracia y una nueva modalidad, el inmovilismo, que resguarda sus intereses creados.
No veo por ninguna parte del artículo de Alonso un problema tan clave como este, ni la afirmación de que mientras el estado posea para sí esos medios, ningún reto socialista será posible para los cubanos.
Es muy interesante entrar a detallar las causales del camino recorrido, pero, de verdad Alonso, ese pasado de causas solo debe servirnos para afianzarnos en el porvenir, que no debe ser más de la misma cosa que hemos tenido.
¿Cuán interesante puede ser para el cubano los índices de IDH que poseemos si cada vez que se levanta en la mañana tiene los mismos problemas que ayer y las mismas posibilidades de resolverlos: ninguna?
El inmovilismo nos mata
¿Puede citarme alguna declaración oficial que muestre acuerdo con eso que usted afirma de que “la idea de que más estatal quiere decir más socialista y más radical, no deja de ser también dogmática y equivocada”?
Solo acérquese a la última reunión de nuestra Asamblea Nacional y a las ulteriores decisiones del Consejo de Estado a ver si alguna no está dirigida a afianzar el estatismo sobre nuestra realidad, sin poder prever que el tomate y el boniato se pudra en el campo por falta de una gestión eficaz de la burocracia.
Si Mesa Lago registra hasta hoy nueve cambios de dirección en la política económica cubana y. Omar Everleny distingue cinco, en ello nada altera la situación particular de cada cubano, para los que solo hubo una sola etapa en estas cinco décadas: estudio, trabajo y fusil y en los últimos veinte años salarios misérrimos, a vivir del invento o de la remesa de los gusanos convertidos hoy en mariposas.
Alonso, el pueblo padece, el pueblo se desespera, el pueblo ansía el cambio y en esa desesperanza solo queda algo positivo: aún confían en que esa vanguardia histórica recapacite y comience a caminar por el verdadero derrotero socialista.
Afirma usted que se mantuvo la orientación socialista radical y, confunde el apellido de nuevo, hay radicalismo, pero no socialismo, y si se mantienen las prioridades hacia las realizaciones de justicia social y equidad con el énfasis en la búsqueda de respuesta a las necesidades de la salud y la educación, no es menos cierto, y lo puede apreciar usted de forma tangible, que ambos sectores están en una seria crisis.
Que al cabo de 50 años sean estos los únicos logros deja mucho que desear, sobre todo cuando por el sendero perdimos la capacidad de producir y ser autosuficientes en alimentación. Hasta el azúcar emigró, hermano. Es que ya ni siquiera se si es correcto hablar de economía, para definir el desastre de nuestra realidad.
Cómo podemos mantener una buena educación y salud pública en un país en crisis, por supuesto que también esas esferas entran en trance. Puede usted explicarme porque si el sistema de salud cubano es tan bueno la burocracia solo se atiende en hospitales de punta como Cimeq, Cira García o buscan cirujanos extranjeros para sus operaciones.
El cubano de a pie a sudar y a hacer la cola o a ser tratado por un médico de consultorio, que a veces no tiene ni aspirina que darte. Y si tienes que operarte, pues un turno para de aquí a seis meses, o te buscas un amigo o pagas por la izquierda con divisas, que aquí vale mucho.
Alonso, los hijos de los obreros no van a conferencias a Canadá o a Europa, ni se casan con extranjera pudientes, ni tienen cuentas bancarias en lugar alguno, para ellos es que tenemos que hablar, si usted les habla de Mesa Lago no generalice los estudios de ese economista y hablar solo de etapas de la economía cubana..
Por ejemplo le faltó decirles a los lectores que ese economista cubano prueba
con estadísticas oficiales el deterioro de los indicadores sociales entre 1989 y 1994 y que desde entonces hay una recuperación lenta y errática y parcial de esos indicadores, y unos pocos de ellos siguen aún por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
Que la calidad de los servicios de salud se ha deteriorado y el acceso a los servicios médicos ha caído desde 2003 debido a que al menos un tercio de ellos está trabajando en el exterior, principalmente en Venezuela.
Que el déficit de viviendas se duplicó entre 1989 y 2008, en parte debido a la destrucción causada por los huracanes, pero también por la edificación insuficiente, la incapacidad de la agencia estatal encargada del mantenimiento, la escasez de materiales de construcción y las restricciones impuestas a los propietarios de casas para repararlas.
Que el salario y la pensión promedio ajustados a la inflación, no obstante los incrementos hechos en el 2005, estaba a fines del año pasado, 77 por ciento por debajo del nivel de 1989, y hay un incremento notable de
la desigualdad en el ingreso.
Según Mesa Lao, economistas cubanos y extranjeros indican un aumento del coeficiente Gini que mide la desigualdad en 64 por ciento entre 1989 y 1999 y debe haber sido mayor después.
El economista cubano, residente en Pittsburgh, recuerda que después del vivo debate sobre el cambio fomentado por el discurso del presidente Raúl Castro en 2007, éste ha tomado un nuevo rumbo (el noveno) al introducir una serie de medidas flexibilizadoras positivas, pero salvo la entrega en usufructo de tierras estatales ociosas, ninguna otra tiene el carácter estructural que él anunció en 2007; además la enorme mayoría de las reformas propuestas por economistas cubanos en el debate no ha sido implementada, y hay un estancamiento o desaceleración de dichas reformas desde septiembre de 2008.

Luego usted justifica con que se aceptaba un solo socialismo, el que Moscú había bautizado como «real».y que se creó a partir de entonces un nuevo patrón de dependencia económica exterior. Le pregunto ¿cuando no hemos dependido del exterior?. Le pregunto que hicimos con toda esa ayuda económica que nos dio la Unión Soviética. Le cuestiono más ¿ alguna vez en la vida no podemos ser originales y dejar de copiar? Y me cuestiono cuando los intelectuales cubanos se harán sentir con valentía en su discurso, obviando todo lo apologético. Lo malo es malo, aunque lo edulcores sigue siendo malo.
No es usted realista cuando afirma que la ayuda soviética proporcionó crecimiento económico sostenido durante casi dos décadas y un nivel de satisfacción muy equitativo de las necesidades de la población, aunque esta prueba de estabilidad tampoco sirviera para mitigar los rigores de la hostilidad norteamericana.
No hubo tal crecimiento económico, era ficticio, eramoas unos hijos bobos que vivían del burocratismo soviético, porque ese supuesto crecimiento económico se esfumó con la caída del muro de Berlín. Era una mano solidaria que se retiró dejando la nuestra vacía.
Estoy muy de acuerdo con usted en que la inviabilidad no expresa una magnitud sistémica, sino que se debe al fracaso de un experimento histórico, y por tanto comienza el dilema de encontrar el camino del “socialismo viable”.
En una ocasión hablaba con un viejo economista, de esos que se educaron en el capitalismo, y este despotricaba porque en las empresas cubanas se había asentado la idea de la contabilidad confiable y la no confiable.
-No compañero, hay contabilidad o no hay contabilidad. Los apellidos en la contabilidad no existen, despotricaba el viejo.
Igual le afirmó ahora, no hay socialismo viable o no viable, se construye el socialismo o no. Lo demás es cualquier otra sociedad alternativa, pero no es socialismo. No le demos esa oportunidad de elegir a los burócratas,
Más adelante una afirmación suya insoslayable, en la Isla no se removió la estructura de poder, ese fue el gran problema, el estado siguió siendo dueño de los medios de producción y el burócrata pegó con goma loca los huevos al buró.
Y los efectos inevitable del período especial usted ni siquiera los roza, fue el estacazo más demoledor que pudo recibir la ideología, la ética y la moral del cubano en el siglo XX, como consecuencia de lo que usted menciona: “la desvalorización del salario, la depauperación de las condiciones de vida y la ruptura de los patrones de igualdad— fueron sumamente severos, y acentuaron las condiciones de austeridad para la población”.
Lo inaudito de ello, y lo creíble por nuestra historia de lucha, es que a pesar de todo, seguimos pensando en la posibilidad de que el socialismo del que nos hablaran Marx y Engels aún tiene posibilidades de desarrollo en nuestro caimán, aún se percibe por el pueblo como una salida necesaria.
Luego en su análisis hace usted una comparación de pobrezas en el mundo para ahondar en que no nos va tan mal. Yo no se cuanto esfuerzo han hecho esos pobres del mundo para salir de la pobreza, lo que si se es que nosotros los cubanos hemos hecho demasiado, hemos resistido a pie firme al imperio más poderoso de la historia, y ya por ese simple hecho, como dijo el Comandante una vez, merecemos la victoria.
Esa victoria que merecemos es el socialismo.
Finalmente menciona usted que, no sería posible hablar en rigor de una recuperación económica hasta que se iniciaron cambios en el escenario latinoamericano que propiciarían para Cuba una nueva perspectiva de integración. Déjeme decirle que no estoy muy seguro de esa afirmación, porque el secretismo de nuestro estado en ocasiones no nos permite tener a mano toda la información necesaria para aseverar sin temor un criterio. Ya se rumora la inmensa deuda que tiene Cuba con el estado Venezolano.
De cualquier forma me parece que esos cambios en el escenario del continente, pues no creo que solo ataña a la América Latina, son positivos desde el punto de vista político, pero en el plano económico lo vital está dentro de nuestras fronteras. Mañana cambia la escena y seguimos en las mismas, como nos pasó con los soviéticos. Solo seremos fuertes cuando seamos autosuficientes, o cuando produzcamos lo necesario para ser autosuficientes.
Yo no se quien ha repensado, como usted dice, nuestra transición socialista, si la repensó usted, otros intelectuales sin poder o yo es otra cosa, pero no me diga que lo ha hecho el burócrata que vacila la vida y piensa en el atajo más corto para llegar al capitalismo. Amigo, ni siquiera han situado la fecha del próximo Congreso, seguimos, como usted dice, con los remiendos y soluciones parciales a problemas concretos; de estrategia, nada.
Me uno firmemente a usted cuando afirma que “se rebela la necesidad de posibilitar mejor vida sin más gasto. Se rebela la urgencia de dar un carácter más orgánico al rescate y la protección del ambiente. Se rebela la tarea inaplazable de hacer nacer al fin la democracia”. Aplaudo su deseo de “permitir que el pueblo asuma cada vez más un protagonismo en lo que se construye. Que algún día las masas se pongan en condiciones de participar cada vez más —como diría Ernesto Che Guevara— en la decisión de qué parte de los ingresos de la sociedad va al consumo y qué parte a la acumulación”
Francotirador del Cauto
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jueves, 2 de julio de 2009

Estamos en el ruedo

Los cubanos han comenzado a prestarle una mayor atención a los comentarios económicos que el especialista, Ariel Terrero, hace una vez por semana en el programa “Buenos Días” del Canal 10 de la Televisión cubana, y no es que este hacedor de los números proporcione noticias alentadoras de nuestra realidad nacional, sino porque con palabras llanas nos muestra cuan destartalada esta nuestra economía.
¿Causas? Supongo él las conozca, pero en su comparecencia solo puede darnos pálidas soluciones a una situación que solo pueden enfrentarse con un cambio radical en la construcción del socialismo en Cuba.
Resulta que somos un “socialismo” que sufre las consecuencias de las crisis capitalistas. Marx en su tumba debe estar ante ello perplejo, aunque pensará que él, por suerte, ya no está en el ruedo.
En este contexto traigo a colación un análisis que el diario de la juventud cubana publicó el pasado 14 de junio, con el mismo título que el actual comentario, realizado por un equipo de periodistas, quienes tras “desandar el entramado empresarial del país”, nos aseguran que “la crisis no es una entelequia intocable y que sus síntomas –expresa su subtitulo- están entre nosotros, con fábricas afectadas, producciones deprimidas y anuncios de peores contingencias”.
Y leyendo la descripción de Juventud Rebelde nos percatamos oficiosamente de lo que materialmente comprobamos en el vivir diario.
Pero lo que llama la atención del artículo es que en dos páginas que el diario dedica a esta temática solo dan opiniones los directivos, el obrero brilla por su ausencia. Al parecer la vara mágica para la solución de los problemas radica en la buena voluntad, entereza, de la varita mágica de la burocracia que administra nuestra patria, esa que a pesar de la crisis energética aún no ha guardado el carro personal, quise decir estatal, ahora en medio de la crisis, con aire acondicionado, para seguir disfrutando de la pobreza de nuestro llamado socialismo tropical.
Ahora, según los empresarios estatales, “el despilfarro de los recursos económicos y de la energía es consecuencia de la falta de cultura económica”, “existe falta de visión integral a la hora de realizar los procesos inversionistas”, “hay falta de interpretación y de aplicación real de la Resolución Económica del V Congreso del Partido”, “la verticalidad de las orientaciones frena la iniciativa de los empresarios”, “hace falta lograr una mayor coherencia en las empresas”.
Todo esto son justificaciones vanas. Nadie mencionó los bajos salarios de los obreros, el hecho de que nadie cuente con ellos para tomar las decisiones laborales, ni elegir a los dirigentes, la falta de motivación de los trabajadores para el trabajo, el desvío de recursos por los obreros para subsistir en una economía paralela de divisas, la centralización de las decisiones y de los recursos que limitan la iniciativa y la reproducción ampliada de las entidades. Realmente después de leer tales opiniones yo me pregunto cómo es que aún existimos.
La verdad es que el artículo en cuestión solo quiere atemorizar a quienes ya están acostumbrados a las calamidades de nuestra economía, ni una sencilla sugerencia para que el dragón fogoso que nos atenaza el bolsillo pueda ser decapitado.
Para el diario son tan importantes las fábricas de utensilios sanitarios, de envases, de enseres de aluminio, de sellos postales y un poligráfico, que la industria de productos lácteos. Todo es importante para el diario en la etapa de crisis, cuando lo importante es priorizar la industria alimenticia y la producción agrícola. Lo demás, para tiempos mejores, que los indios cubanos vivían con taparrabos.
Ya cuando el año pasado se aprobó el presupuesto de la nación nos pronunciamos contra dificultades que no se enfrentan debidamente por el estado cubano (ver www.kaosenlared.net/noticia/cuba-y-el-presupuesto-del-2009) y es que el problema de nuestro país no lo solucionará la burocracia estatal, sino el pueblo trabajador con un enfoque realmente socialista de nuestra realidad.
Lo sintomático de la actual situación es que no es nueva, Cuba no ha salido de la crisis en que la sumió la desaparición del campo socialista, ni ha salido del período especial iniciado en la década del 90 del siglo pasado; como igual puede aseverarse que no ha caído el socialismo en nuestra isla porque la mayoría del pueblo no se ha levantado de la mesa de juego y persiste en lograr ese socialismo cubano con fuerte presencia de los ideales martianos.
La medalla de oro para el pueblo cubano, ese gran ausente en el análisis del diario de la juventud cubana.
Espero poder ver el día en que nuestra prensa deje de ser oficialista y que los comentarios críticos no tengan que ser editados en medios alternativos. La crisis, estimados colegas, es producto de la contradicción entre capital y trabajo y esa argumentación sólo es factible en los países capitalistas, y en Cuba hay crisis porque no hemos aún abandonado ese campo a pesar de 50 años de Revolución. El obrero cubano, igual que el dominicano o el mexicano, vive de vender en el mercado su fuerza de trabajo, vive de un salario, y eso es capitalismo.
Algo bueno tiene el análisis del diario, podemos darnos cuenta que estamos muy mal, realmente es un buen trabajo descriptivo de algunos aspectos de la enferma economía cubana.
¿Las soluciones de JR donde están?
¿Hay que esperar por un Congreso anunciado sin fecha?